Y es que son personas excepcionales, que te dan mucho más de lo que reciben, son auténticos, generosos, extrovertidos, amables y sobre todo muy felices; una felicidad y una armonía que se contagia.
Tienen unas instalaciones muy acogedoras y con un diseño productivo y muy seguro para ellos. En su taller se dedican a montar juguetes y a rellenar regalos de confetis y chicles; trabajan en cadena y colaboran y participan todos juntos. Existe entre ellos una unión y un apoyo fundamental, que además es muy contagioso, y que demuestra, la eficacia de un buen trabajo en equipo. Además, hay una relación estrecha, fluida, de confianza y cariño con sus monitores y responsables de la Asociación, que se transmite con un trabajo excelente y una complicidad envidiable.
Juntos, comparten ilusiones, conversaciones, cotilleos, risas e incluso cantan, pero siempre trabajando y desarrollando su actividad. Son buena gente y la verdad que allí te sientes como uno más, bien recibido, a gusto y contagiado de felicidad y responsabilidad. Felicidad por comprobar que tienen una calidad de vida respetable, que participan activamente en multitud de proyectos y actividades, que están perfectamente integrados en nuestro pueblo, … Y responsabilidad para continuar trabajando para que puedan mantener sus instalaciones, para que siempre haya programas sociales que permitan su integración, su independencia, que puedan mejorar día a día sus prestaciones, que puedan acoger y compartir con más ciudadanos, etc...
Finalmente, desde aquí queremos daros las gracias a todos; a los chic@s por ser como sois y por aportar a nuestro pueblo vuestra manera de actuar, pensar y comportaros; a los monitores y responsables de la asociación por vuestra dedicación, vocación y lucha diaria; y a los padres por asumir responsabilidades y saber compartirlas. A nosotros, sólo nos queda, comprometernos a continuar trabajando para que vuestro colectivo tenga cada vez más derechos sociales y de ciudadanía.
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