
Este 15 de Octubre, Día Internacional de la Mujer Rural, homenajea a tantas mujeres que, desde el ámbito de poblaciones rurales en todo el mundo, luchan por vivir con dignidad y porque la igualdad sea un hecho, tanto para ellas como para los núcleos de población en los que viven y para que el mérito que supone su imprescindible trabajo, les sea reconocido.
A pesar de formar la columna vertebral de la mano de obra agrícola y ganadera en la mayor parte de los países en desarrollo y de producir el 50 por ciento de los alimentos necesarios para la alimentación mundial, actualmente, la mayoría de las mujeres rurales son pobres y no tienen acceso a los recursos más básicos ni a los mercados. El reto de conseguir suficientes alimentos para el sostenimiento de la población mundial, nunca será posible sin las mujeres rurales y por ello debemos hacer patente la importancia de su trabajo, su sacrificio y dotarlas de la igualdad plena a la que tienen derecho.
Para ello es imprescindible la fijación de precios justos en los productos ganaderos y agropecuarios, de su artesanía, así como su participación en Organizaciones u Organismos nacionales e internacionales encargados de elaborar programas de desarrollo rural sostenible, a fin de que tengan la voz que se merecen y se pueda modificar la realidad actual desde su imprescindible punto de vista.
En España viven 5 millones de mujeres rurales, considerando personas rurales a aquellas que viven en núcleos de población con menos de diez mil habitantes: Más del 90% de los municipios españoles reúnen esta cifra de población. Son, pues, el 20% de las mujeres españolas y están dispersas por el 80% del territorio nacional.
Desde el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero se han puesto en marcha imprescindibles mecanismos legales para conseguir las principales demanda de las mujeres rurales: posibilidad de darse de alta en la Seguridad Social; titularidad compartida de las explotaciones agrarias y ganaderas en las que las mujeres trabajan conjuntamente con los varones desde hace años; participación de las Asociaciones de mujeres rurales más representativas en los Órganos de decisión y programación de planes para este ámbito, como el Consejo Estatal de Participación de la Mujer etc.
Si bien es cierto que a nivel estatal se ha avanzado mucho, no desde todas las Comunidades Autónomas se ha dado el impulso necesario para cumplir con los deberes que tienen que realizar para poner en marcha definitivamente las mejoras que, para la mujer rural, se han postulado ya desde el gobierno central. La cohesión social necesita el esfuerzo y la solidaridad de todas las Comunidades Autónomas para implantar definitivamente la Igualdad en el mundo rural y, más concretamente, para las mujeres rurales.
No se puede esperar más: el ámbito rural, como ya hemos mencionado, está presente en el 90% de los municipios españoles y en el 80% del territorio nacional, por lo que es de vital importancia dinamizarlo, ayudar a su desarrollo y animar a sus habitantes a conseguir sus derechos en igualdad para que este
importantísimo territorio no sea abandonado.
No sólo el mundo rural depende de esta transformación: Todo el planeta, toda la población dependemos de que el bienestar y la igualdad sean una realidad en este ámbito. Recordar la trayectoria de las mujeres, los cambios que ha experimentado la sociedad occidental en el siglo pasado en lo que se refiere a la incorporación de la mujer a la vida pública. Fue en el siglo pasado cuando se inició la lucha de las mujeres ya de una forma más organizada para compartir espacios que le habían estado vedados hasta entonces. Nos toca en este nuevo siglo XXI rematar la faena que con tanto esfuerzo iniciaron asociaciones de mujeres y aquellas mujeres que a título individual libraron su propia batalla.
Por justicia y por eficacia, ¡defendamos los derechos de las mujeres rurales!
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