Recortes en la Sanidad Pública Española: ¿NECESIDAD REAL?






El Sistema Nacional de Salud, creado con la Ley General de Sanidad de 1986, dispone de profesionales sanitarios altamente cualificados sin cuya implicación e involucración con los objetivos sanitarios no hubiera sido posible alcanzar los niveles de calidad logrados en la Sanidad durante estos años.
Muchas de las actividades de los servicios sanitarios han encontrado en el ámbito municipal un espacio de colaboración y de cooperación institucional con las autoridades sanitarias en actividades e iniciativas de diversa índole que van desde la construcción y mantenimiento de centros sanitarios, a la colaboración en programas preventivos, asistenciales o de promoción de la salud.
La caída de ingresos en todas las administraciones, a causa de la crisis económica, ha condicionado la adopción de medidas de control del gasto y de austeridad que permitan contribuir a la sostenibilidad económica de nuestra sanidad pública.
Sin embargo, el acceso del PP al Gobierno de España ha tenido como consecuencia la caída de la confianza de la población española sobre la sanidad pública y la aparición de la sanidad como problema que preocupa a la ciudadanía. El Gobierno del Sr. Rajoy ha generado una enorme preocupación social al afirmar que la sanidad española no es sostenible y plantear una reforma del Sistema Nacional de Salud, que ha tocado elementos esenciales del modelo al acabar con la universalización de la sanidad por razón de ciudadanía y sustituirlo por un modelo de aseguramiento ligado a la seguridad social. A fuerza de ser repetido se ha conseguido instalar en la opinión pública la convicción de que la sanidad es cara, un dispendio, un lujo que no podemos permitirnos.
Para poder comparar si pagamos mucho por nuestra sanidad os damos unos datos obtenidos a partir de un artículo de David Avendaño, La Aldea Glogal.com
“…nos fijamos en el porcentaje del gasto total de los gobiernos. Esto sí que nos da el peso real del gasto sanitario respecto al poder adquisitivo de cada país.
En este caso, descubrimos que España gastó en 2008 el 15,2% de su presupuesto en sanidad. ¿Y el resto? Pues encontramos que Alemania gastó el 18% de todo su dinero en sus sistema sanitario, el Reino Unido el 15,1%, Portugal el 15,4%, Austria el 15,8%, Dinamarca el 15,3%, Italia un 13,6% y Francia nada menos que el 16%.
Está claro: en España no se gasta dinero sin medida en el sistema sanitario público. Gastamos lo mismo o menos que los países de nuestro entorno y disfrutamos de un servicio mejor y más justo. Quizá por eso en nuestro país la sanidad privada no acaba de triunfar. Y es un negocio multimillonario que es una pena dejar pasar”
Y así, se abre la puerta a nuevos copagos sanitarios con el cambio normativo que el Gobierno ha realizado publicando el Real Decreto Ley 16/2002 en lo que supone un auténtico Decretazo aprobado unilateralmente sin diálogo ni consenso.
El sistema nacional de salud puede ser sostenible sin realizar recortes en las prestaciones, sin mermar la calidad y sin implantar el copago sanitario
Una sanidad pública de calidad es un bien irrenunciable y una política fundamental para la equidad y la cohesión social.
Incluso en los últimos días la Coordinadora de ONG para el Desarrollo se ha sumado a la protesta ciudadana contra las medidas del Gobierno para los recortes en los Presupuestos del Sistema Nacional de Sanidad: rechazan la propuesta del Gobierno al plantear fórmulas de copagos y repagos porque recaen sobre los que necesitan más protección: enfermos y mayores.


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